miércoles, 19 de noviembre de 2014

La controversia del fracking o fracturación hidráulica en alta mar

La controversia del fracking o fracturación hidráulica en alta mar

En los últimos años parece haber crecido la polémica en torno a la fracturación hidráulica (fracking), la técnica de estimulación de pozos que implica el uso de mezclas de fluidos de alta presión para romper formaciones rocosas y liberar los recursos que albergan. Para sus usuarios y defensores, la técnica, cuando se combina con los métodos modernos de perforación horizontal, se convierte en clave para la comercialización de recursos de petróleo y gas no convencionales en tierra, alimentando así la llamada “revolución del gas de esquisto” en los Estados Unidos, donde se encuentra ahora en uso común, y que ha fomentado simultáneamente el desarrollo de otras operaciones intensivas de fracking para la obtención de gas en todo el mundo.

Para muchos críticos del fracking, sin embargo, presenta un riesgo inaceptable para el medio ambiente y la salud humana, ya sea por la contaminación del aire, contaminación de aguas subterráneas o incluso por la sismicidad inducida. El debate sobre el fracking ha polarizado la opinión pública tras las aprobaciones gubernamentales de este tipo de operaciones, generando protestas en Estados Unidos y en particular en países como España o el Reino Unido, donde la técnica está en las primeras etapas de su controvertida implementación, acorralada por la insistente oposición de las poblaciones locales.

A pesar de la reciente controversia sobre el fracking tanto en entornos terrestres como marítimos, la industria del petróleo y el gas ha estado llevando a cabo operaciones de fracking en alta mar desde principios de los años 90 sin ninguna queja o controversia en particular. Ciertamente, el hecho de que los entornos marítimos de operaciones suelan estar alejado de la vista de las poblaciones, ha contribuido durante años a que el debate entre gobierno y residentes locales mantuviese este aspecto de la industria del fracking lejos de la mirada de la mala prensa.



En la actualidad se utiliza principalmente como una técnica de recuperación mejorada de petróleo (EOR) para aumentar la producción de los pozos maduros. El desarrollo de tecnologías de fracturamiento hidráulico en alta mar, podría abrir el camino para futuros proyectos que empleen la técnica desde el principio para tener acceso a gas de esquisto y otras reservas no convencionales bajo el fondo marino. Esto abriría la posibilidad de un destacado crecimiento en la extracción de gas de esquisto en alta mar para igualar los persistentes niveles productivos en zonas terrestres.

Al igual que su contraparte en tierra, el uso establecido del fracking en alta mar para las operaciones EOR combinan la tecnología de fracturamiento hidráulico con diversas tecnologías de extracción de petróleo y gas altamente desarrolladas. En tierra, la tecnología es la perforación horizontal, mientras que en entornos marítimos la tecnología clave es la terminación de empaque de grava, que se utiliza tradicionalmente para filtrar la arena del fondo marino de las tuberías. Estas tecnologías en combinación se conocen como ‘Frac Pack’, que utiliza arena y otros aditivos en un fluido mezclado personalizado a altas presiones para fracturar la roca y mejorar la productividad del pozo.

La técnica ha estado en uso durante más de dos décadas, después de haber sido desplegada para mejorar las características de los pozos en la costa de California, el Golfo de México, el Mar del Norte y en zonas marítimas de África Occidental, entre otros lugares. Formando las operaciones en alta mar sólo el 5% del mercado total del fracking, sigue siendo una actividad de nicho, especialmente en comparación con el gran negocio que se realiza en zonas terrestres. No obstante las mejoras tecnológicas, el envejecimiento de los pozos y la necesidad de sacar el máximo provecho de los costes para desarrollar los descubrimientos en aguas profundas, están empujando hacia delante el mercado del fracking en alta mar.



Los datos de los proyectos revelan que el despliegue de la tecnología para la recuperación mejorada de petróleo puede tener un efecto dramático en las tasas de producción en los yacimientos maduros. Un estudio realizado por Schlumberger, que fue un contratista en las operaciones de fracking de Eni en las reservas congoleñas de Kitina 3A en alta mar en la primavera de 2007, señaló que el proyecto de fracturación hidráulica de multietapa en el yacimiento aumentó la producción de petróleo en un 230%, impulsando la recuperación de 590 bbl/d a 1.950 bbl/d tres meses después de que se llevara a cabo técnicas de fracking, como fue citado por About Oil.

Las operaciones en aguas profundas en el Golfo de México están haciendo de esta región un punto de acceso particular para el fracking en alta mar a corto plazo. Se espera que las actividades de fracturación hidráulica en el Golfo aumenten en al menos un 10% entre 2013 y finales de 2015, de acuerdo con la empresa de servicios a la industria del petróleo Baker Hughes, uno de los mayores proveedores de buques de estimulación de pozos requeridos para llevar a cabo las operaciones de ‘Frac Pack’.

De acuerdo con una encuesta realizada por Offshore Magazine, las empresas de servicios petroleros que ofrecen buques para operaciones de fracturación hidráulica, que también incluyen a Halliburton, Schlumberger y Superior Energy Services, han aumentado la flota colectiva de la industria en casi un tercio desde 2007, un fuerte voto de confianza en la salud a largo plazo del mercado del fracking en alta mar.



En términos de aplicación EOR en el fracking marítimo, el mercado parece estar en un período estable de crecimiento, impulsado por los esfuerzos en la búsqueda de grandes reservas de petróleo en aguas profundas y la hasta ahora en cierta medida protegida controversia que gira alrededor de su contraparte en tierra. Esto ciertamente no significa que el fracking en alta mar sea una operación libre de riesgo.

La escala y la sofisticación de las actividades de fracking en alta mar está aumentando gradualmente para acceder a los grandes depósitos en aguas profundas que requieren de fracturación hidráulica en múltiples capas de roca, los cuales necesitan importantes cantidades de agua, arena y aditivos químicos para ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo. La preocupación sobre las operaciones de fracking se están centrando sobre los efectos ambientales y la fauna silvestre en las aguas circundantes a las explotaciones, especialmente en los Estados Unidos donde se concentran la mayor parte de la actividad.

California se ha convertido en un punto de referencia en el debate del fracking en alta mar después de que una investigación de Associated Press revelase que la fracturación hidráulica se ha estado llevando a cabo en la costa del sur de California mucho más ampliamente de lo que se creía. Para el ‘Center for Biological Diversity’, una ONG con sede en Estados Unidos que ha estado haciendo campaña contra el fracking en alta mar, es la incertidumbre en torno a la utilización del método y sus efectos ambientales lo que verdaderamente les preocupa.



Para empezar, el organismo estatal responsable del arrendamiento de tierras y aguas a las compañías de petróleo y gas para su desarrollo, la California Coastal Commission, no ha realizado con frecuencia un seguimiento de la actividad del fracking en alta mar, es decir, hay poca supervisión pública de la práctica. Por otra parte, aunque la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos regula la descarga de aguas residuales del fracking, estableciendo los límites en la cantidad de productos químicos tóxicos que pueden ser objeto de vertido en el océano, no ha habido casi ninguna investigación sobre su gestión y el efecto de los vertidos en la calidad del agua y la vida marina.

“Uno de los problemas clave es que nadie ha contemplado los impactos ambientales reales del fracking en alta mar, y nos encontramos en una situación increíblemente preocupante”, dijo Miyoko Sakashita, Directora del Center for Biological Diversity, que recientemente elaboró un informe sobre los daños potenciales que el fracking plantea a la costa de California, incluyendo la contaminación del aire, los vertidos tóxicos y terremotos incluso a través de la sismicidad inducida. “Nadie sabe lo que han estado descargando y en qué cantidades”, agregó.

Un nuevo proyecto de ley aprobado por California para regular el fracking, que entrará en vigor a principios de 2015, está siendo visto como un primer paso hacia una mayor transparencia para las empresas que participan en actividades de fracturación hidráulica en tierra y mar en todo el estado. Sin embargo, a medida que aumenta la práctica del fracking en alta mar en todo el mundo (y la futura posibilidad de utilizar la tecnología para liberar el gas de esquisto y otros hidrocarburos no convencionales del subsuelo marino), lo más probable es que la acalorada controversia en este polémico asunto siga aumentando, sobre todo cuando la frágil salud de los océanos del mundo están en juego.


Fuente: http://www.fierasdelaingenieria.com/