Casas a 20 grados constantes, sin necesidad de aire acondicionado ni calefacción
Paredes, suelos y techos pueden convertir un edificio en un gran almacén energético. Una empresa granadina ha desarrollado una tecnología capaz de mantener la temperatura constante en casa sin usar climatización.
Vivimos en una sociedad que favorece el derroche de energía y acelera el cambio climático. Esta situación se produce especialmente en los edificios. En la actualidad, estamos liberando a la atmósfera 6 billones de metros cúbicos diarios de aire cargado de energía sin consumir.
Pero otros modelos de vida son posibles. Feliciano García es el ingeniero granadino responsable de la tecnología sostenible Getech. En 1984 construyó su casa bioclimática de Alfacar (Granada) con materiales de alta conductividad energética y un sistema de reciclado de aire que consigue mantener su hogar a 20 grados, a pesar de los 40 grados que alcanzan los termómetros en verano en Granada. Todo ello sin necesitar equipos de climatización.
El inventor recuerda que una lectura sobre termodinámica le brindó la primera idea. Recodando que “los seres vivos son aquellos que intercambian energía y materia con el medio”. A partir de esta idea se propuso que su vivienda interactuara con el entorno. Para ello equipó su casa con una mezcla de cemento, tierra y aditivos para incrementar el aislamiento y conseguir que la energía pudiera moverse con facilidad.
El resultado ha sido convertir el edificio en un gran almacén energético donde la envolvente forma parte de la piel interna de cada estancia y que, a través de flujos electromagnéticos, se climatice con la energía almacenada. Con este sistema se podría llegar a ahorrar entre un 80 y el 100% en la factura de la luz en edificios nuevos y un 50% en los edificios rehabilitados.
Hasta ahora hablando de evitar temperaturas elevadas pero ¿funciona en caso de temperaturas bajo cero?
Posteriormente a la construcción de su casa en Alfacar para climas cálidos, Feliciano García investigó qué sucedería en climas fríos como el de Sierra Nevada. Con ello quería demostrar que lo que menos importa es la temperatura exterior, cuando existe un buen aislamiento. La cualidad de eficiencia energética que más sorprendió a la oficina de patentes de Estados Unidos fue el reciclado del propio aire atmosférico. Esto se lograba a través de dos tubos concéntricos en el que el exterior, que lleva el aire a la calle, transmite el calor al tubo interior.
Extender esta práctica a la construcción de edificios de forma generalizada sería una gran iniciativa. ¿Qué os parece esta nueva idea de construcción sostenible?
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