SkySails: Utilización del viento para mejorar la propulsión marítima
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Aunque la introducción de la energía de vapor en los albores del siglo XIX marcó el comienzo del largo declive de la vela como el método principal de propulsión de los barcos, continuó coexistiendo durante décadas con las nuevas tecnologías que irían apareciendo. En los primeros días del vapor y durante muchos años después, los barcos de vela tradicionales seguían gozando de claras ventajas sobre sus rivales más modernos, especialmente para los viajes comerciales de larga distancia, ya que podían ser operados con muchos menos hombres, eran capaces de transportar cargas más grandes y no tenían necesidad de parar para repostar combustible.
A pesar de los nuevos avances, los veleros continuaron siendo muy útiles dada la posibilidad que ofrecen de disponer del viento de forma gratuita, sin tener que preocuparse por el costo y la accesibilidad de carbón en largas travesías. La pertinaz supervivencia de los veleros comerciales hasta bien entrado el siglo XX, fue el testimonio de la competitividad económica que ofrecían los buques de propulsión basada en el viento, incluso en el marco de las competitivas alternativas.
Con esto muy en mente, los ingenieros de la empresa alemana SkySails, están buscando fórmulas para volver a aprovechar el viento en la propulsión de los buques, a través de su nueva tecnología denominada SkySails Propulsion. El sistema, que consta de una cometa de arrastre, un sistema de lanzamiento y recuperación, así como de un sistema de control para operación automatizada, ha conseguido llamar la atención en el sector del transporte marítimo que se encuentra sometido al aumento constante de los precios del combustible, además de la obligación de adaptarse a las nuevas normas sobre emisiones contaminantes. Como resultado de su concepto innovador e intuitivo, unido al enorme potencial de sus ingenieros, SkySails ha conseguido en la actualidad un buen número de premios internacionales, allanando el camino hacia la utilización del viento para mejorar la propulsión marítima.
http://www.youtube.com/embed/pYv6k5A-kHg?
El método SkySails, diseñado como un sistema de propulsión auxiliar para ayudar a compensar los costes ambientales y financieros de los motores diésel, utiliza una cometa de arrastre que es capaz de volar en los vientos más fuertes entre 100 y 300 metros por encima de un buque, ofreciendo hasta 25 veces más energía por metro cuadrado que las velas normales según afirman los ingenieros.
Como resultado, el sistema puede generar hasta 2.000 kW de potencia propulsora en buenas condiciones de viento. Según los estudios realizados, esto permite un ahorro significativo en el uso de combustible y emisiones de efecto invernadero. En buenas condiciones de viento, la última versión del sistema SkySails, SKS C 320, puede ahorrar hasta diez toneladas de petróleo por día, el equivalente a evitar gastar más de 4.000 euros y emitir más de 30 toneladas de emisiones de CO2 por día. Sin embargo, como las condiciones de viento no siempre son perfectas, el ahorro promedio de combustible en condiciones variables se sitúa de dos a tres toneladas por día.
En la actualidad ya se han realizado varias iteraciones del sistema SkySails instalándose en una amplia gama de buques en los últimos seis años, incluyendo el buque portacontenedores Beluga Skysails y Maartje Theadora, el mayor buque de pesca de Alemania. Su implementación en los mismos ha permitido a los ingenieros de SkySails estudiar el funcionamiento del sistema en las diversas condiciones de mar existentes. Además de poner a prueba la potencia propulsora del sistema que alcanza los 2 MW, estos primeros viajes manifestaron otros aspectos fundamentales del funcionamiento del sistema para su perfeccionamiento.
Los ingenieros fueron capaces de demostrar que es posible no sólo instalar un sistema como SkySails en los nuevos barcos que se construyan, sino que tambiénpuede ser implementado en los buques ya existentes, sin tener que hacer modificaciones importantes a bordo. Además, los barcos siguen manteniendo la máxima maniobrabilidad mientras el sistema está en uso, sin poner en peligro el funcionamiento habitual de cada buque. La nueva versión del sistema, denominada SKS C 320 como anteriormente comentamos, se comenzó a instalar desde finales de 2013 en la Aghia Marina, propiedad de Anbros Maritime y fletado por Cargill, siendo el buque más grande del mundo en hacer uso de la propulsión auxiliar por viento SkySails hasta la fecha.
A pesar del claro potencial económico y ambiental de SkySails, la compañía se ha visto afectada por la reducida demanda de su producto. La desaceleración del sector naval europeo ha creado un entorno financiero extremadamente conservador, propiciando que los propietarios de buques no estén dispuestos a invertir en nuevas tecnologías, incluso si están dedicadas a obtener ahorros de combustible. Como resultado, SkySails está luchando para sacar provecho de su innovación en un mercado más internacional, viéndose obligada desgraciadamente a realizar despidos en 2012.
No obstante, los ingenieros de la compañía han combatido la caída del mercado mediante la expansión y la diversificación de su cartera de productos, especialmente su sistema de software basado en sensores Performance Manager. La tecnología proporciona información en tiempo real para ayudar a los operadores a mejorar el rendimiento global de sus flotas, incluyendo el consumo de combustible, las emisiones y los costes de operación. A pesar de que los ahorros absolutos podrían ser inferior a la utilización de la propulsión eólica, la inversión en Performance Manager es una opción atractiva para ahorrar combustible, especialmente en tiempos de reducidos presupuestos ya que es económicamente más asumible.
Los presupuestos de hoy día parecen muy ajustados como para afrontar una amplia adquisición para nuevas tecnologías y sistemas de propulsión, enfocadas al ahorro de combustible. A pesar de ello, los ingenieros siguen confiando en el futuro de su tecnología a largo plazo en el mercado, ya que comienzan a aparecer signos de que el viento se ve cada vez más como un método legítimo y probado para mejorar la eficiencia energética. De hecho, en mayo de 2013, la influyente Energy Efficiency Design Index incluyó la propulsión eólica por primera vez en sus informes. Esta aceptación formal sobre la misma, es una condición previa para el uso generalizado de la energía del viento en la propulsión marítima.
La empresa SkySails apunta a que los precios del combustible y las estrictas normas medioambientales se combinen para hacer que su sistema basado en el viento, sea un estándar industrial para los modernos buques de carga en el futuro.
Puede que un futuro en el que la vela vuelva triunfante al mercado para ayudar a abordar los problemas financieros y ambientales de la industria sea una posibilidad surrealista, pero sin duda posible. Si esto finalmente sucede, puede que las compañías navieras del siglo XXI necesiten volver a familiarizarse con las habilidades de una época pasada para obtener una ventaja crucial en un sector altamente competitivo, recuperando la olvidada utilización del viento para mejorar la propulsión marítima.
Aunque la introducción de la energía de vapor en los albores del siglo XIX marcó el comienzo del largo declive de la vela como el método principal de propulsión de los barcos, continuó coexistiendo durante décadas con las nuevas tecnologías que irían apareciendo. En los primeros días del vapor y durante muchos años después, los barcos de vela tradicionales seguían gozando de claras ventajas sobre sus rivales más modernos, especialmente para los viajes comerciales de larga distancia, ya que podían ser operados con muchos menos hombres, eran capaces de transportar cargas más grandes y no tenían necesidad de parar para repostar combustible.
A pesar de los nuevos avances, los veleros continuaron siendo muy útiles dada la posibilidad que ofrecen de disponer del viento de forma gratuita, sin tener que preocuparse por el costo y la accesibilidad de carbón en largas travesías. La pertinaz supervivencia de los veleros comerciales hasta bien entrado el siglo XX, fue el testimonio de la competitividad económica que ofrecían los buques de propulsión basada en el viento, incluso en el marco de las competitivas alternativas.
Con esto muy en mente, los ingenieros de la empresa alemana SkySails, están buscando fórmulas para volver a aprovechar el viento en la propulsión de los buques, a través de su nueva tecnología denominada SkySails Propulsion. El sistema, que consta de una cometa de arrastre, un sistema de lanzamiento y recuperación, así como de un sistema de control para operación automatizada, ha conseguido llamar la atención en el sector del transporte marítimo que se encuentra sometido al aumento constante de los precios del combustible, además de la obligación de adaptarse a las nuevas normas sobre emisiones contaminantes. Como resultado de su concepto innovador e intuitivo, unido al enorme potencial de sus ingenieros, SkySails ha conseguido en la actualidad un buen número de premios internacionales, allanando el camino hacia la utilización del viento para mejorar la propulsión marítima.
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El método SkySails, diseñado como un sistema de propulsión auxiliar para ayudar a compensar los costes ambientales y financieros de los motores diésel, utiliza una cometa de arrastre que es capaz de volar en los vientos más fuertes entre 100 y 300 metros por encima de un buque, ofreciendo hasta 25 veces más energía por metro cuadrado que las velas normales según afirman los ingenieros.
Como resultado, el sistema puede generar hasta 2.000 kW de potencia propulsora en buenas condiciones de viento. Según los estudios realizados, esto permite un ahorro significativo en el uso de combustible y emisiones de efecto invernadero. En buenas condiciones de viento, la última versión del sistema SkySails, SKS C 320, puede ahorrar hasta diez toneladas de petróleo por día, el equivalente a evitar gastar más de 4.000 euros y emitir más de 30 toneladas de emisiones de CO2 por día. Sin embargo, como las condiciones de viento no siempre son perfectas, el ahorro promedio de combustible en condiciones variables se sitúa de dos a tres toneladas por día.
En la actualidad ya se han realizado varias iteraciones del sistema SkySails instalándose en una amplia gama de buques en los últimos seis años, incluyendo el buque portacontenedores Beluga Skysails y Maartje Theadora, el mayor buque de pesca de Alemania. Su implementación en los mismos ha permitido a los ingenieros de SkySails estudiar el funcionamiento del sistema en las diversas condiciones de mar existentes. Además de poner a prueba la potencia propulsora del sistema que alcanza los 2 MW, estos primeros viajes manifestaron otros aspectos fundamentales del funcionamiento del sistema para su perfeccionamiento.
Los ingenieros fueron capaces de demostrar que es posible no sólo instalar un sistema como SkySails en los nuevos barcos que se construyan, sino que tambiénpuede ser implementado en los buques ya existentes, sin tener que hacer modificaciones importantes a bordo. Además, los barcos siguen manteniendo la máxima maniobrabilidad mientras el sistema está en uso, sin poner en peligro el funcionamiento habitual de cada buque. La nueva versión del sistema, denominada SKS C 320 como anteriormente comentamos, se comenzó a instalar desde finales de 2013 en la Aghia Marina, propiedad de Anbros Maritime y fletado por Cargill, siendo el buque más grande del mundo en hacer uso de la propulsión auxiliar por viento SkySails hasta la fecha.
A pesar del claro potencial económico y ambiental de SkySails, la compañía se ha visto afectada por la reducida demanda de su producto. La desaceleración del sector naval europeo ha creado un entorno financiero extremadamente conservador, propiciando que los propietarios de buques no estén dispuestos a invertir en nuevas tecnologías, incluso si están dedicadas a obtener ahorros de combustible. Como resultado, SkySails está luchando para sacar provecho de su innovación en un mercado más internacional, viéndose obligada desgraciadamente a realizar despidos en 2012.
No obstante, los ingenieros de la compañía han combatido la caída del mercado mediante la expansión y la diversificación de su cartera de productos, especialmente su sistema de software basado en sensores Performance Manager. La tecnología proporciona información en tiempo real para ayudar a los operadores a mejorar el rendimiento global de sus flotas, incluyendo el consumo de combustible, las emisiones y los costes de operación. A pesar de que los ahorros absolutos podrían ser inferior a la utilización de la propulsión eólica, la inversión en Performance Manager es una opción atractiva para ahorrar combustible, especialmente en tiempos de reducidos presupuestos ya que es económicamente más asumible.
Los presupuestos de hoy día parecen muy ajustados como para afrontar una amplia adquisición para nuevas tecnologías y sistemas de propulsión, enfocadas al ahorro de combustible. A pesar de ello, los ingenieros siguen confiando en el futuro de su tecnología a largo plazo en el mercado, ya que comienzan a aparecer signos de que el viento se ve cada vez más como un método legítimo y probado para mejorar la eficiencia energética. De hecho, en mayo de 2013, la influyente Energy Efficiency Design Index incluyó la propulsión eólica por primera vez en sus informes. Esta aceptación formal sobre la misma, es una condición previa para el uso generalizado de la energía del viento en la propulsión marítima.
La empresa SkySails apunta a que los precios del combustible y las estrictas normas medioambientales se combinen para hacer que su sistema basado en el viento, sea un estándar industrial para los modernos buques de carga en el futuro.
Puede que un futuro en el que la vela vuelva triunfante al mercado para ayudar a abordar los problemas financieros y ambientales de la industria sea una posibilidad surrealista, pero sin duda posible. Si esto finalmente sucede, puede que las compañías navieras del siglo XXI necesiten volver a familiarizarse con las habilidades de una época pasada para obtener una ventaja crucial en un sector altamente competitivo, recuperando la olvidada utilización del viento para mejorar la propulsión marítima.
Fuente: Fieras de la Ingeniería
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